Dentro del amplio conjunto de actividades culturales celebradas en Elche coincidiendo con la exhibición temporal de la «Dama de Elche» en el Museo de Historia de la ciudad, uno de los elementos fundamentales fue la exposición sobre la trayectoria industrial de la ciudad de Elche. Se trataba de una exposición promovida por el Ayuntamiento de Elche, que se pudo visitar en el Centro de Congresos de la ciudad del 18 de mayo hasta el 27 de agosto de 2006.
Los comisarios de la muestra fueron los profesores de la Universidad de Alicante José Antonio Miranda y Martín Sevilla, que contaron con la colaboración de numerosos expertos e instituciones como el Museo del Calzado de Elda, la Asociación de Industriales del Calzado de Elche y el Museo Escolar de Pusol, así como también el Archivo Municipal de Elche, la Uiniversidad Miguel Hernández, la Universidad Cardenal Herrera y la Universidad de Alicante, entre otros.
El objetivo de la muestra era destacar la fuerte influencia que la industria ha ejercido históricamente y hasta nuestros días sobre la sociedad ilicitana y, por otro, el papel desempeñado por el desarrollo industrial de Elche, Elda, Villena y el resto de ciudades zapateras del Valle del Vinalopó, en el progreso económico de nuestro país.
La exposición se ocupaba tanto de los aspectos más puramente económicos como el crecimiento de la producción zapatera, la importancia de los distintos sectores, la evolución de la inversión, los principales mercados…, como de la vertiente social de la industrialización, las condiciones laborales y de vida de los trabajadores, el origen de los empresarios, las organizaciones sindicales y patronales…, de los principales cambios tecnológicos, como la la introducción de la máquina de coser, de las máquinas trenzadoras, de las máquinas de montar, de la vulcanización…, y de la estrecha relación, espacial e institucional, entre la ciudad y la industria.
En 1902 D. Juan Martínez Fuster crea el Centro de Industria Alpargatera, la sociedad empresarial de mayor importancia en el Elche de la época, acogiendo los gremios de fabricantes de lonas, calzado, ojetes, representantes, etc. De los 8 talleres alpargateros registrados en la ciudad en 1845, se pasó a más de 100 fábricas en 1924. El Gremio de Alpargateros de Elche se fundó el 21 de mayo de 1684, siendo el origen de una industria que el 5 de marzo de 1899 fundó la primera Sociedad de Fabricantes de Alpargatas con 2.000 afiliados.
El desarrollo mecánico trajo consigo una incipiente industria nacida en las propias casas, donde las plantas bajas acabaron convirtiéndose en pequeñas fábricas. Con el tiempo algunos de estos talleres evolucionarían en empresas de gran importancia. En 1935 Elche tenía 42.319 habitantes censados, de los cuales había 2.257 empleados en el calzado y 2.347 empleados en la industria alpargatera. Al finalizar la Guerra Civil en 1939, había 41 fábricas de calzado de cuero con 5.500 trabajadores. A principios de la década de los años 50 la producción media por día era de 180.000 pares de alpargatas y 25.000 pares de zapatos de distintos tipos.
A principios de la década de los años 50 la producción media por día era de 180.000 pares de alpargatas y 25.000 pares de zapatos de distintos tipos. Las suelas de fibra fueron sustituidas por las de goma aglomeradas, y éstas por las suelas de goma a base de regenerados, alcanzando la ciudad de Elche las máximas producciones a nivel nacional. A la actividad eminentemente industrial en Elche se le une a partir de los años 30, una importante actividad comercial. El área comercial del centro de la ciudad de Elche era la principal en la comarca, y tenía como eje la antigua calle Corredora, seguida por la calle Sagasta y la calle del Salvador. El Carrer Ample aglutinó el comercio de lujo, como los artículos de piel.
Ya en los años 40 algunas fábricas de alpargatas y calzado participaron en ferias de muestras de nivel internacional, su producción anual era de 87 millones de pares, siendo Elche el centro productor más importante del mundo. Se establecen así contactos comerciales que favorecen la exportación que se daba ya desde el siglo XIX, principalmente a Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Canadá.
Señalar que el calzado de cuero, hasta bien avanzado el siglo XX, era un producto que su consumo no estaba generalizado en España, y se limitaba a las clases altas de la sociedad. La producción ilicitana de calzado de cuero apenas superó los 30.000 pares en 1900, aunque en 1913 pasó a ser de medio millón de pares, y hacia 1935 se situaba cerca de los 3 millones de pares. Debido al espectacular crecimiento de población en la década de los años 60, en la que más de 30.000 personas inmigraron a Elche casi duplicando el número de habitantes, se produjo una gran expansión de la ciudad a la derecha del río Vinalopó.